¿Antropoceno o Capitaloceno?
Atzin Elihu Calvillo-Arriola
Colaborador de Tierra Nueva
Actualmente el ser humano ha pisado prácticamente cada rincón del planeta, ha influido en la dinámica de muchas cadenas ecológicas tanto de manera positiva como negativa. Hemos desarrollado ciencia, tecnología e industria para resolver necesidades básicas como aspectos de placer, entre otros tantos avances, la cuestión es ¿A que costo?
Para dar respuesta habría que entender a que se refiere el denominado Antropoceno y es así como el científico Paul Crutzen (2000)[1] creó el termino pues consideró que la era que estamos viviendo está marcada por aspectos que pueden hacerla completamente diferente a las eras geológicas pasadas. Cabe señalar que estas características están asociadas a los grandes avances, principalmente a los industriales.
Pero este concepto ha sido debatido por Jason Moore[2], quien asegura que más que una etapa geológica definida por el impacto humano, o en otras palabras como si la raza humana fuera la responsable del deterioro ambiental, plantea que realmente el causante es el capital. Moore considera que la etapa debiera denominarse Capitaloceno pues realmente el capital es el que está relacionado al consumo desmedido de energía y ha promovido que el 10% de la población más rica sea la que mayor gasto y consumo de energía demanda. También considera que es obra del capital jugar con el discurso sobre la culpa que tenemos por estar en la situación en la que nos encontramos, cuando en realidad esta desigualdad que vivimos es producto del consumo abismal que deriva del sistema económico por el cual nos regimos en su mayoría.
Imagen: Bosque de Oyamel (Abies religiosa) de la Reserva de la Biosfera de la Mariposa Monarca.
Autor: Atzin Elihu Calvillo-Arriola.
Por otro lado, esta postura nos ha obligado como población a considerarnos parte de esta catástrofe ambiental, y probablemente lo sea, pero la diferenciación en términos de consumo nos debe hacer reflexionar sobre las responsabilidades que debemos asumir a nuestro alcance y promover que quienes tengan mayores consumos promuevan cambios a sus cadenas de valor, producción y entretenimiento.
Esto también implica que las gestiones políticas presentes y futuras deben estar fundamentadas en criterios de consumo y al mismo tiempo valorar las alternativas que existen en términos tecnológicos. Pero también es una tarea individual analizar el tipo de consumo y recursos que se necesitan para mantener y sostener un nivel de vida que nos está llevando al colapso ambiental.
Los recursos naturales son finitos y estamos en una lucha constante por mantenerlos; sin embargo, hay que reflexionar sobre el origen de los males y asumir que ¡Si tienes más, consumirás más, piensa en tu huella ambiental!
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